miércoles, 19 de junio de 2013

JS Bach: Concierto para tres teclados



La tarde del 15 de diciembre de 1832 subían al escenario en el Conservatorio de París tres jóvenes pianistas de no más de veintidós años: el húngaro Franz Liszt, su amigo Frédérik Chopin, arribado recién desde Varsovia, y el pianista alemán Ferdinand Hiller. El programa incluía, junto a música de variados compositores, el Concierto en re menor para cuerdas y tres teclados, compuesto hacía cerca de cien años por Johann Sebastian Bach, cuya obra, después de su muerte en 1750, había caído prácticamente en el olvido y su reputación como compositor, declinado abiertamente, ante el surgimiento de un nuevo estilo, el clasicismo. El homenaje de los tres pianistas se unía así a la admiración profesada antes por Mozart y luego Beethoven quien no había dudado en señalar a Bach como "el auténtico padre de la armonía".

JS Bach (1685 - 1750)
Retrato de E.G. Haussmann, 1746
Los nuevos tiempos - el desajuste
Lo cierto es que en los dos últimos decenios de la vida del maestro del barroco, los gustos habían comenzado a cambiar paulatinamente, y Johann Sebastian, fiel a sí mismo, no había sabido, o no había querido, adaptarse. Según cuenta Anna Magdalena Bach, su segunda esposa, alguna vez le escuchó decir que "como escribo para el placer mío, no puedo enfadarme porque mi arte no guste a todos". Pero esta actitud le ocasionó algunos sinsabores. Más o menos por el mismo periodo de composición del concierto para tres teclados, un pariente cercano, primo suyo y también músico, le dedicó solo 39 líneas en un monumental diccionario de la música que por esas fechas confeccionaba.

"El viejo Bach"
Ninguno de sus contemporáneos podía desconocer que Bach era un genio, pero en sus últimos años el juicio generalizado era que ya no pertenecía a su época. Era un genio, pero del pasado; cuestión que no le era difícil comprobar observando cómo el público comenzaba a preferir las obras de sus hijos músicos antes que las suyas propias.
En 1747, tres años antes de morir, invitado a Berlín por Federico de Prusia, el soberano comunicó a sus cortesanos la llegada del maestro con la siguiente frase: "Señores, una noticia extraordinaria: el viejo Bach acaba de llegar a Berlín". El singular anuncio muestra a las claras lo que, entusiasmo aparte, era Bach por esos años incluso para un gran admirador como Federico el Grande: el viejo Bach.

Por eso, casi cien años después, Liszt, Chopin y Hiller, se apresuran a rendirle homenaje.



Concierto para tres teclados, cuerdas y bajo continuo, en re menor, BWV 1063
El viejo Bach compuso conciertos para uno, dos, tres y cuatro teclados. Los estudiosos coinciden en fechar la composición de éste, uno de los dos conciertos para tres teclados, antes de 1733. La obra se supone escrita para la ejercitación de los numerosos hijos de Bach a fin de ayudar a su formación, y cómo no, para contar con su concurso en las frecuentes veladas familiares. No se descarta también que los hijos mayores, Wilhelm Friedrich o Carl Philipp Emanuel, hayan participado incluso en su composición.

La obra tiene tres movimientos:
- Allegro 
- Alla Siciliana (4:57)
- Allegro (8:51 atacca)

La versión es de la Netherlands Bach Society. Los solistas: Lars Ulrik Mortensen, Siebe Henstra, y Menno van Delft.

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