viernes, 12 de agosto de 2011

Viva VERDI y Rigoletto - Cuarteto


El bufón Rigoletto desempeñando su oficio, antes de la tragedia

Los meses que Giuseppe Verdi y Giuseppina Strepponi pasearon, vagabundeando, por las callecitas de París en 1847 después de flecharse el uno al otro en el café Les Deux Magots, no podían durar eternamente. Al poco tiempo de comenzado el romance, la noticia de que los pueblos de Italia se había levantado contra la ocupación austríaca los volvió a la realidad. La revolución había finalmente estallado. Milán y Venecia se habían sublevado. El rey del Piamonte, Carlos Alberto, atacaba a Austria.

La "música del cañón"
Giuseppe, no obstante calificar a lo sumo como un liberal moderado, no permaneció ajeno ante los vientos de tempestad que sacudían a Italia. En una carta enviada a su amigo y libretista Francesco Maria Piave --enrolado en el ejército revolucionario-- llegó a escribirle estas líneas:
¡¡Pronto Italia será libre!! ...Y tú me hablas de música... No debe haber música más grata para los oídos de los italianos de 1848 que ¡la música del cañón!!
Pero la revolución fracasó. El papa Pio IX retiró su apoyo y el rey sublevado, el mentado Carlos Alberto, debió abdicar en favor de su hijo Víctor Manuel, sin que la dominación austríaca se relajara un ápice. Se inicia así una nueva época en la que el maestro Verdi se verá convertido en uno de los heraldos del anhelo italiano de libertad.
Si años antes su música se cantaba ostentosamente por las calles, y en los teatros los cantos libertarios eran coreados y aplaudidos de pie junto a oficiales austríacos de ceño fruncido, ahora es su propio nombre el que servirá de emblema del espíritu revolucionario. La segunda guerra de independencia está precedida por el anagrama con su nombre que los italianos pintaban en las paredes de las calles: VIVA VERDI : Viva Vittorio Emanuele Re D'Italia.
Pero habrá que esperar 11 años, hasta 1859, para que se desarrolle, esta vez exitosamente, la segunda guerra de independencia italiana.

La "trilogía popular"
En el intertanto, el maestro Giuseppe compondrá 8 óperas, entre las que se cuenta la célebre "trilogía popular" conformada por las obras Rigoletto, El Trovador y La Traviata, una clara señal de que su música había tomado otro camino. La derrota de 1848 logró el efecto de que los coros patrióticos, los ejércitos libertarios y los lamentos de pueblos oprimidos perdieran enteramente su sentido. La música de las óperas de la trilogía, por oposición, va a cantar los conflictos íntimos, orientándose hacia la psicología y la esfera privada de los individuos. Por ello, estas óperas son también conocidas como óperas "de personajes", porque son ellos los que conmueven a Verdi, son ellos los protagonistas y es gracias a ellos también que estas tres obras perviven hasta el día de hoy.

Rigoletto
Estrenada en 1851 en el Teatro La Fenice de Venecia, Rigoletto es la primera ópera de la trilogía. Con libreto de Piave, y concebida a partir de la obra de Victor Hugo "El rey se divierte" –las malas lenguas dirán que él es el único que se divierte–, la obra cuenta la altamente patética historia del bufón Rigoletto quien por proteger a su hija Gilda, confusión mediante termina matándola con sus propias manos.

Con la participación de la hermosa soprano Anna Netrebko y la no menos bella mezzo Elina Garança, se presenta el célebre cuarteto del tercer acto, en versión de concierto. El cuarteto propiamente tal, "Bella figlia dell'amore", comienza en el minuto 1:50. Los cuatro cantantes están separados en parejas en el escenario porque se trata de dos diálogos que ocurren al mismo tiempo pero en espacios distintos.


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4 comentarios :

  1. Qué precioso, Dago... no me canso de escucharlo!! Vamos a tener que ensayar bastante en nuestras caminatas para lograr una "versioncita" más decente de "Bella figlia dell'amore". Gracias por esta maravilla. Abrazos...

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  2. Hola Anónima:
    Tal como dices, Bella figlia es una maravilla. Ahora, lo que no logro dilucidar es ¿con quién habré hecho yo últimamente esas largas caminatas tratando de cantar algo? Tendré que estrujarme mucho el mate porque no acierto con la respuesta. He caminado tanto...
    Gracias pr tu comentario, Anónima.

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  3. Dago querido, no han sido "largas caminatas", pero sí algunas con las suficientes distancias como para haber ensayado "Bella figlia" o incluso "La niña María ha salido en el baile" y "Caballito blanco". En fin, menos mal que no soy "veleidosa" como para enojarme por esta desconocida. Besitossssssss..

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  4. ¡¡Quequita!! ¡Eras tú! Cómo pude ser tan bobo... Si hasta hemos cantado Parigi o cara, que nos sale estupendo, en Tobalaba con Providencia... (Caballito blanco requiere más ensayos, creo). Me confundió el Anónimo. Sorry.
    Besotes

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