domingo, 15 de septiembre de 2013

Brahms: concierto piano N° 1 - Maestoso



Después de que Robert Schumann muriera en un sanatorio en 1856 dejando a su esposa Clara viuda y a cargo de la mantención de los siete hijos de la pareja, el amigo de la familia Johannes Brahms se volvió un apoyo indispensable para Clara y, hasta donde podemos imaginar, puede que avizoraran ambos una eventual unión en algún momento de sus vidas futuras, pese a los diecisiete años que le llevaba Clara al joven músico.
En cualquier caso, los sueños, si los hubo, debieron ser pospuestos. Clara debió proveer el cuidado de sus hijos mediante una cadena interminable de conciertos. El joven Brahms, músico de veinticuatro años, tenía por su parte la urgencia de consolidar una carrera como compositor.

En 1857, y luego de salvar con éxito un comedido examen, Johannes Brahms consiguió su primer cargo oficial al ser contratado como músico de la modesta corte de Detmold, para cumplir funciones desde septiembre a diciembre de ese año. Sus deberes consistían en dar lecciones de piano a la princesa Friederike, dirigir el coro y presentarse como pianista en los conciertos que la corte programase.

Johannes Brahms, de 20 años
La posición tenía varias ventajas: el salario de tres meses alcanzaba para vivir modestamente todo un año, la princesa era una diligente pupila, la dirección del coro servía muy bien a sus propósitos de músico profesional y, por sobre todo, tenía las mañanas libres, pudiendo disponer de ellas a su antojo. Johannes las ocupó en pasear por los alrededores y en continuar el trabajo con sus propias composiciones, especialmente aquellas que ya comenzaban a mostrar un proceso largo de gestación.

Desde 1854 trabajaba en la composición de una sinfonía que, no habiendo cuajado, intentó transformar en una sonata para dos pianos que tampoco llegó a término. Pero el material estaba allí, disponible. De modo que luego de su segunda temporada en Detmold, y en base a los elementos que quizá se habían resistido a tomar otra forma, finalmente pudo ver la luz el Concierto para piano N° 1, en re menor.

Compuesto de tres movimientos y de una duración algo extensa, el concierto tuvo un tibio estreno en Hanover, el 22 de enero de 1859, con Brahms al piano y su amigo Joseph Joachim en la dirección. Cinco días más tarde, en Leipzig, recibió una silbatina. Hoy es considerado una obra maestra. Al parecer, Brahms tenía razón cuando, al término de la función en Leipzig, envió a Joachim estas palabras:
"Después de todo estoy aún en fase de experimentación y voy orientándome a tientas. Sin embargo, pensándolo bien... los silbidos fueron en verdad excesivos."


Se presenta aquí el primer movimiento, maestoso, en versión del pianista húngaro Dénes Várjon, acompañado por la Budapest Symphony Orchestra, bajo la dirección del animoso violinista y director, también húngaro, Gábor Takács-Nagy, en una presentación del año 2010 en el Béla Bartók National Hall, de Budapest.

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